¿Por qué?
Reflexione: Aunque a simple vista parece sólida, la cáscara del huevo de gallina, rica en calcio, tiene hasta 8.000 poros microscópicos que permiten la entrada de oxígeno y la salida de dióxido de carbono –un intercambio imprescindible para que el embrión pueda respirar-. Al mismo tiempo, la cáscara y un conjunto de membranas protegen al embrión de posibles infecciones bacterianas. El albumen –sustancia gelatinosa con alto contenido de agua que aparece en la clara- le confiere al huevo su capacidad para absorber golpes.
Los investigadores están buscando maneras de imitar la estructura del huevo a fin de crear empaques con mayor resistencia a los impactos y un recubrimiento que proteja la fruta de bacterias y parásitos. Sin embargo. “copiar a la naturaleza no es tarea fácil”, escribe Marianne Bota Diener en la revista Vivai. De hecho, comenta que hasta ahora los resultados no han sido muy ecológicos que digamos.
FUENTE: !Despertad septiembre de 2011!
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